fuente: El Pais
“En la arquitectura hace falta menos ego y más miedo” , es el titulo de una entrevista hecha por Anatxu Zabalbeascoa de El País, a la famosa y talentosa arquitecta Sudafricana.
Es verdad y totalmente cierto, que a las mujeres para ésta y todas las demás profesiones históricamente hablando, existe un nulo reconocimiento humano y más por parte de los varones por sus destacadas aportaciones y extraordinario trabajo que desempeñan en el desarrollo de las sociedades.
Pero leyendo la publicación veo que el ego por parte de la arquitecta en sus respuestas aunado a la demanda y exigencia a mi entender en la búsqueda de un reconocimiento por su trabajo, no responde al titulo de esta entrevista.
Esto me hace reflexionar independientemente del tema de igualdad de géneros, si el desempeño de nuestro trabajo como arquitectos o profesión su meta es el reconocimiento social a través de un premio gremial.
Entiendo que un estudio liderado por una pareja y socios a la vez como Robert Venturi y Denise Scot, sólo se le haya concedido el Pritzker en 1991 injustamente a 1, al hombre y no mutuo como debió ser, y que el arquitecto reconoció públicamente en uno de sus discursos.
En la actualidad éste suceso ya se sabe, inclusive existe otro caso reciente donde se excluye injustamente a otro socio de sexo femenino del codiciado premio, el del ganador del 2012 Wang Shu con Lu Wenyu, su esposa y socia.
Pero mi punto de vista radica en que, ¿realmente se necesita un premio y reconocimiento del gremio para satisfacer y sentirse realizado profesionalmente?, dejando a un lado todo el beneficio y/o aportes que se pudo haber brindado a una sociedad agradecida de tus proyectos, teorías y enseñanzas, .
Creo que no hay nada más gratificante que una sociedad con conocimientos o no de arquitectura en todos sus niveles y ramas, te agradezca por lo que aportaste y sigues aportando para enriquecer, comprender y aportar más al estudio y ejecución de esta profesión.
Yo creo que la lucha por la igualdad de géneros no está en los premios, está en la sociedad misma y sus relaciones cotidianas.