El día de hoy viernes 23 de septiembre de del 2011 a las
00:30 hrs. comencé a hojear una bitácora que estaba sucia y guardada que me acompañó
en la carrera cuando era estudiante de arquitectura en mis primeros semestres
de la carrera. Al estar hojeando ese pequeño pedazo de mi historial me traía
recuerdos de mis primeros croquis, bosquejos y partidos básicos que desarrollaba
para diversos proyectos, pero me llamó la atención una página en especial donde
estaba la firma de Frank O. Gehry y empecé a recordar cómo había llegado esa
firma a esa hoja.
La anécdota empieza cuando la escuela de arquitectura organiza un viaje a México, DF. para ir a la conferencia magistral de dicho arquitecto ganador del Pritzker de 1989, con motivo a la inauguración de una exposición de Luis Barragán en el Palacio de Bellas Artes la cual por lo menos yo no sabía que también se inauguraría ese mismo día. Esa vez fue la primer conferencia que asistí impartida por un arquitecto de talla mundial donde recuerdo que del proyecto Guggenheim de Bilbao habló muy poco porque afirmaba que “ya lo había aburrido y fastidiado hablar de ese proyecto en sus conferencias una y otra vez” y sólo lo expuso brevemente para enfocarse a su último proyecto en construcción el cual era el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles, CA.
Después de haber concluido una exposición la que considero una de las mejores que he visto y asistido a la fecha, me retiré con una motivación respecto a mi profesión y al trabajo que conlleva a pesar de mi poca experiencia y conocimiento de la misma en ese tiempo. Estando fuera del Palacio de Bellas Artes tras concluir la conferencia había estudiantes como yo en la parte trasera del inmueble esperando a que saliera como artista de rock para poder conseguir un autógrafo de él pero tras una larga espera nunca salió por esa puerta, quedando varias personas desilusionadas por esa foto o firma del arquitecto.
La anécdota empieza cuando la escuela de arquitectura organiza un viaje a México, DF. para ir a la conferencia magistral de dicho arquitecto ganador del Pritzker de 1989, con motivo a la inauguración de una exposición de Luis Barragán en el Palacio de Bellas Artes la cual por lo menos yo no sabía que también se inauguraría ese mismo día. Esa vez fue la primer conferencia que asistí impartida por un arquitecto de talla mundial donde recuerdo que del proyecto Guggenheim de Bilbao habló muy poco porque afirmaba que “ya lo había aburrido y fastidiado hablar de ese proyecto en sus conferencias una y otra vez” y sólo lo expuso brevemente para enfocarse a su último proyecto en construcción el cual era el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles, CA.
Después de haber concluido una exposición la que considero una de las mejores que he visto y asistido a la fecha, me retiré con una motivación respecto a mi profesión y al trabajo que conlleva a pesar de mi poca experiencia y conocimiento de la misma en ese tiempo. Estando fuera del Palacio de Bellas Artes tras concluir la conferencia había estudiantes como yo en la parte trasera del inmueble esperando a que saliera como artista de rock para poder conseguir un autógrafo de él pero tras una larga espera nunca salió por esa puerta, quedando varias personas desilusionadas por esa foto o firma del arquitecto.
Tuvimos que esperar a que anocheciera para poder regresar a
Guadalajara ese mismo día junto al Palacio estando afuera en las jardineras
esperando la hora de salida, mientras tanto nos llamó la atención a unos
compañeros y a mí que abría un evento esa noche el cual era la inauguración de
una exposición de Luis Barragán, preguntamos si podríamos entrar y nos negaron
esa petición sólo podían entrar invitados especiales y prensa. Y por algún
motivo nos logramos colar por una entrada de servicio entre cajas del Museo
Vitra donde seguramente venían las piezas expuestas para la exposición del
arquitecto mexicano también ganador del Pritzker.
Una vez estando dentro con emociones delictivas, miradas
extrañas de personas hacia nosotros y entre varios meseros con copas de vino o
champagne como cocktail de esa noche, nos dispusimos a buscar esa exposición la
cual estaba en el 2 piso y en el transcurso subiendo las escaleras estaba un
grupo de personas hablando entre ellas Frank Gehry, nunca nos imaginamos que
pudiera estar en ese sitio aun después de haber impartido su conferencia hace
varias horas atrás. Afortunadamente llevaba mi bitácora y no dudé en pedirle un
autógrafo interrumpiendo la plática que tenia tal vez con personas igual de
importantes que él, recuerdo que se asombró de ver estudiantes en ese lugar con
vestimenta inapropiada y fuera de contexto social, pero aun así conseguí de
manera involuntaria esa firma que aún conservo en esa hoja de mi bitácora.
No recuerdo si fui el único que consiguió esa firma, pero sí
recuerdo que hubo una foto tomada por uno de mis compañeros de aquella “hazaña”
la cual sólo la vi una vez y nunca la volví a ver ni recuerdo quien la tomó.
Después Gehry se retiró después de haber permanecido unos breves minutos con
nosotros y nos dirigimos a admirar la excelente exposición de Luis Barragán
como postre de aquella experiencia de haber visto a ese gran arquitecto.
Al salir de Bellas Artes no dimos crédito de lo que nos había sucedido, en
seguida escribí con mi pluma en la parte superior de la firma el evento, el
nombre erróneamente de Frank O. Gery (sin “h”) y la fecha del 7 de
noviembre del 2002. Tal vez para algunos o muchos no tenga mucha relevancia
esta anécdota pero para mí ese viaje influyó en mi formación personal y
académica pero sobre todo seguir fijándome metas y hazañas para perseguir este
sueño de tratar ser un arquitecto.
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